agosto 18, 2009


Siento el viento golpeando mis mejillas, la arena pegada a mi piel, en mi pelo, entre los dedos de mis pies; puedo oír el sonido de las olas que se deshacen en la orilla y también las que chocan contra las rocas. Miles de risas que se desvanecen entre voces. Puedo sentir a las gaviotas sobre volando el mar. Y las hojas de las palmeras bailando al compás de la suave brisa. Puedo sentir tanto... y a la vez tan poco. ¿Es increíble verdad? Pero así es. No puedo sentir lo que más ansío. Lo que más deseo. No puedo sentirte a ti. Y ahora mismo, eso es lo que necesito. Necesito una dosis urgente de tu sonrisa, de tus te quiero.