agosto 25, 2009

Yo, digo que sí, el amor sí se puede tocar, tanto como sentir y tanto como reir. El amor se toca; cuando se toca su cuerpo, su brazo, su pelo y su cabeza, cuando sientes sus besos y su boca posada en la tuya, cuando un simple beso en la mejilla te hace enrojecer, cuando su mano en ti hace que tiembles, cuando su cuerpo sobre el tuyo hace que te marees y cuando el mas simple roce, el más casual, el menos intencionado, hace que tu vida se detenga. El amor se puede tocar, el amor se debe tocar, porque es algo que existe, que se convierte en realidad, que no se escapa mientras lo cuides y mantengas, igual que se puede oler y sentir, con los cinco sentidos. El amor se puede tocar si estiro mi brazo y te rozo, el amor se puede tocar si estiro mi cabeza y mi nariz te toca...

agosto 23, 2009

Bueno, mi problema y creo que el de mucha gente, es que hemos visto tantas películas que a veces no aceptamos la realidad. En mi caso, desde que era pequeñita, y veía las típicas peliculas de princesas y las románticas donde todo el mundo acaba enamorado y comiendo perdices; me gustaba creer que la gente se enamoraba encontrándose por la calle y que la vida iba a estar llena de segundas oportunidades. En mi opinión, ya empezaron a tomarme el pelo haciéndome creer que el amor dura para siempre, como un encantamiento que nos envuelve y no nos deja escapar, como un hechizo que nos hace sentir felicidad sin saber exactamente la razón, que te hace vulnerable a cuanto es hermoso, te hace apreciar lo que en el pasado ignorabas, me hicieron creeer que el amor era eterno, de que iba más allá de la muerte. No sé cómo os habrá ido a vosotros, pero la experiencia me ha demostrado que todo eso, es una simple y pura patraña. Y entonces vas y aterrizas. Te das cuenta de muchas cosas. En las películas cuando las cosas acaban, por lo menos son memorables; en la vida real por el contrario cuando las cosas acaban, pues simplemente eso, acaban.

agosto 18, 2009


Siento el viento golpeando mis mejillas, la arena pegada a mi piel, en mi pelo, entre los dedos de mis pies; puedo oír el sonido de las olas que se deshacen en la orilla y también las que chocan contra las rocas. Miles de risas que se desvanecen entre voces. Puedo sentir a las gaviotas sobre volando el mar. Y las hojas de las palmeras bailando al compás de la suave brisa. Puedo sentir tanto... y a la vez tan poco. ¿Es increíble verdad? Pero así es. No puedo sentir lo que más ansío. Lo que más deseo. No puedo sentirte a ti. Y ahora mismo, eso es lo que necesito. Necesito una dosis urgente de tu sonrisa, de tus te quiero.

agosto 15, 2009

Quería escribirte algo bonito. Algo que te hiciera sentir feliz. Algo que te hiciera sentir en casa. Quería contarte algo especial. Quizá un poema que te estremeciera. O enviarte una canción con la que sintieras que estamos besándonos aquí y ahora. Quería susurrarte algo que te hiciera tiritar. Algo que te obligase a sonreir. Quería encontrar las palabras exactas para que entendieras que para mí has sido perfecto. Quería que volviésemos a sentir juntos, aunque sólo fuesen unos minutos. Quería que cerrases los ojos, que imaginaras que me agarrabas de la mano y nos perdiamos. Quería que te sintieras conmigo, dentro de mí y al lado, quería que imaginases que nos abrazábamos. Quería escribirte algo bonito. Algo con lo que estuviésemos unidos sin importar nada más. Algo que me permitiese meterme entre tus sábanas esta noche. Cualquier cosa iba a ser suficiente. Sólo quería hacer algo para olvidar lo lejos que estamos, algo que hoy eliminara la distancia física entre nosotros, algo que me permitiera estar a tu lado, aunque sólo fueran sesenta segundos para rozarte las mejillas.

agosto 12, 2009

Es bonito ver el sol de nuevo. Por fin han llegado los ansiados días soleados. Durante unos cuantos días ha llovido, llovido sin parar. No me gusta la lluvia ni los días nublados. Me parecen días tristes, apagados, deprimentes. A mi lo que me gusta son los días soleados, con luz y que irradian alegría y frescura. Es agradable sentir los rayos de sol por la mañana entrando por los huecos que crea la persiana. Sí, es muy agradable. No sé, quizás me gusten tanto los días soleados debido al brillante, caluroso y espectacular sol que tanto me recuerda a su sonrisa. Quizás sea eso. O puede que también sea porque el día que coincidimos por primera vez, el sol brillaba en todo su esplendor. Igual que el día en que dijo esas palabras mágicas que me hicieron estremecer, esas palabras que pensaba que nunca llegarían. Me invaden muchos recuerdos cuando pienso en el sol, en el cielo azul, sin ningún trozo de algodón de azúcar surcándolo. Se apodera de mi una sensación muy agradable recordando y una gran ilusión cuando pienso que aún me quedan millones de días soleados por vivir, y lo más importante; a su lado. Aunque claro, no me importaría soportar un vendaval si es entre sus brazos.

agosto 10, 2009




Está más que demostrado, que las cosas buenas no duran toda la vida. Aunque yo soy demasiado ingenua como para darme cuenta.
Siempre hay algo, ese maldito algo que lo desmorona todo. Hay cosas que empiezan, que continuan, que terminan y vuelven a empezar. Pero al final, por mucho que luches contra eso, por mucho dolor que te cause, aunque harias cualquier cosa con tal de que eso no sucediera, sea por la razón que sea, creas o no te lo creas; todo tiene un fin. Absolutamente todo.

agosto 03, 2009


Hoy parece que el destino quiere que tú y yo nos miremos tan despacio que podamos tener la sensación de estar tocándonos, sientiéndonos los magos de un mismo cuento con un desenlace perfecto.